El departamento de Tunuyán tendrá su presentación estrella el próximo sábado 7 de octubre, a las 20:00 Hs. Durante la misma se mostrará el libro “Bicentenario del paso de San Martín por Tunuyán”, que aún está en etapa de edición y promete ser una de las joyas de la historia del corazón del Valle de Uco.

El libro consta de cuatro capítulos: resumen histórico del paso de San Martín por Tunuyán, los dibujos de la Galería Sanmartiniana a cielo abierto, del artista Alfredo Luna, un resumen de los actos realizados por el bicentenario y cuentos y poesías inspirados en el paso de San Martín por Tunuyán, obra de diez escritores tunuyaninos: Omar Méndez, Marcela Rosales, Evelina Verón, Yolanda Caviere, Heliana Mocayar, Jesús Mestre, Daniela Hurtado, Lorena Rueda, René Gatica y Marcos Pérez.

Desde la Municipalidad de Tunuyán, se informó que previo a la presentación del libro, los escritores recorrerán la feria acompañados del ballet Federal el cual representará la Comitiva Sanmartiniana.

Un buen programa para disfrutar en familia

Esta nueva edición está dedicada a los 40 años de la restauración de la democracia en nuestro país, contando con presentaciones de libros, charlas, invitados especiales y conciertos, entre otras actividades.

La Feria Internacional del Libro tiene en su interior más de 50 stands de librerías, talleres, proyectos artísticos y presentaciones de libros conforman la variada agenda para disfrutar. Todas estas propuestas se desarrollan en el Auditorio Ángel Bustelo y el Centro de Congresos y Exposiciones, desde las 16, con entrada libre y gratuita.

San Martín y su paso por el manzano en 1.823

Luego de liberar a Perú, San Martín se dirigió a Chile. Pero debido a su estado de salud, debió quedarse en Santiago más de dos meses. Aún débil decidió cruzar la cordillera para llegar a Mendoza. El paso elegido fue el del Portillo. Así, a fines de enero de 1.823, llegó hasta Tunuyán.

Al llegar a Mendoza la noticia de su regreso, el Coronel Manuel de Olazábal, su cadete de 1.813 en los Granaderos a caballo, y su ahijado de casamiento, quien sentía gran admiración por el General, se puso en marcha hacia el Portillo, acompañado por dos peones y algunas provisiones, con el fin de ir a su encuentro. Al día siguiente, Olazábal se encontraba tomando mate, cuando vio a la distancia una caravana que descendía de la cordillera. San Martín llegaba a Tunuyán, acompañado de un Capitán, dos asistentes, dos mucamos y cuatro arrieros, con tres cargueros de equipaje y comestibles.

Cabalgaba en una mula zaina con silla de las llamadas “húngaras”, y encima un pellón, y los estribos liados con puño azul por el frío del metal. Un guarapón (sombrero de ala grande) de paja de Guayaquil, un chamal (poncho) chileno. Chaquetón y pantalón de paño azul, zapatones, polainas, y guantes de ante amarillo. Su semblante era decaído por demás. Cuando San Martín se acercó, Olazábal lo abrazó por la cintura. El General extendió su brazo izquierdo sobre la cabeza de éste y sólo pudo decirle: ¡hijo!. Ayudado, bajó de la mula. Posteriormente tomó mate de café, y expresó: “Bueno será, quizá, que bajemos ya de esta eminencia desde donde en otro tiempo me contempló la América”.

En el Manzano, en referencia a la estancia, pasaron la noche donde durmieron bajo un pabellón de ponchos que se improvisó. Al día siguiente, continuaron viaje hasta la estancia “El Totoral”. Allí, San Martín descansó tres días, tiempo durante el cual se restableció considerablemente su salud. El 2 de febrero, recuperado, continuó el viaje hasta la ciudad de Mendoza.